"A cuanta miseria y fortuna y desastres estaremos puestos los nacidos, y cuán poco duran los placeres de esta nuestra trabajosa vida", es una de las citas que mejor engloba el grueso de la novela anónima La vida de Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades, mejor conocida como Lazarillo de Tormes, obra precedente de la novela picaresca, pues en pleno Renacimiento y Siglo de Oro Español —algunos estudiosos sitúan su primera publicación entre 1552 y 1553—, cuando todo se centraba en la idealización del humano, un antihéroe que cuenta su penosa y azarosa vida desde la infancia hasta su adultez, exhibe los vicios, hipocresías y vanas apariencias de ciertos círculos religiosos, políticos y sociales de aquella época.
El realismo, el tono humorístico y el lenguaje sencillo que se manifiesta a lo largo de siete tratados (que, para fines de esta grabación, hemos agrupado en 4 partes, la última de las cuales reúne los últimos 4 tractados) a través de un solo personaje, son también características contenidas en el Lazarillo de Tormes, ese pícaro que padeció al lado de un ciego cruel, un cura avaro, un hidalgo arruinado, un vendedor de bulas falsas y un alguacil, entre otros amos o patrones, hasta llegar a ser el pregonero municipal y vivir en matrimonio con una criada del Arcipreste de San Salvador, su protector.
Sin duda, uno de los aspectos de Lazarillo de Tormes que más ha despertado la curiosidad de los especialistas es el anonimato de su autor. Circula la discusión sobre la posibilidad de que se trátese de un fraile que, al criticar tan duramente su institución a través de las hazañas de su personaje, decidiera poner a circular estas páginas sin firma. En todo caso, se puede pensar en un escritor, no sólo con un sentido crítico profundo, sino con vastos conocimientos de la literatura universal, por las diversas referencias latinas y castellanas a lo largo de la obra.
D.R. © UNAM 2017